lunes, septiembre 26, 2005

ANIVERSARIO

Sujetan como tirantes
un refuerzo de la caja torácica
sostienen dos escuadras
mi cuerpo desde el campanario.
La inundación
de desastres y personas.
Desde lo alto
impotente, tanto metí la pata
chapoteando en el agua turbia
se levantaba el barro y los bichos
hasta crearse un gachupe
donde pataleo para desenredarme.
Veo las cabezas
y los folios, las llamadas
ahogadas y a punto.
Ya se arreglará mañana.
Observo hacia abajo
el remolino de agua sucia.
Qué gente, exclamo
y apoyo las manos
en mi cinturón de brazos
que me ancla seguro
en la punta del campanario.

4 Comments:

Blogger rayhodges said...

Ya se arreglará mañana: Ése es mi lema.

Esta poesía es de las más crípticas que te he leído, pero me ha cautivado igual que las demás. Tienes un estilo maravilloso. Deberías animarte a publicar, si es que todavía no lo has hecho.

7:03 p. m.  
Blogger rayhodges said...

TODO SE EXPLICA

La esperanza —antes tan diligente—
no viene a visitarnos hace tiempo.

Últimamente estaba distraída.
Llegaba siempre tarde, y nos llamaba
con nombres de parientes ya enterrados.
Nos miraba con ojos que le transparentaban,
igual que esos espejos que pierden el azogue.
Nos tocaba con manos realmente imperceptibles,
y amanecíamos llenos de arañazos.
También daba monedas que luego no servían.

Pero ahora, ni eso.
Hace ya tanto tiempo que no viene,
que hasta llegué a pensar:
¿si se habrá muerto?

Después caí en la cuenta
de que los muertos éramos nosotros.

Ángel González

7:03 p. m.  
Blogger Rebe said...

Es sobrecogedor, me gusta mucho la deducción, un texto genial. Siempre agradecida, Ray Hodges.

No quiero resultar impertinente, pero no imagino ningún caso en el que no valga la pena ni siquiera esperar un milagro, mientras se mantenga la vida, supongo que el mundo me ha tratado muy bien hasta ahora.

4:24 a. m.  
Blogger rayhodges said...

Es posible. Y me alegro de que haya sido así.

6:18 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home