jueves, septiembre 01, 2005

CÚANTO TIEMPO

Nunca fui rebelde del todo.
En el cuarto de baño del instituto
le deseaba un sarpullido
al profesor de dibujo, mismo.
Se abrió la puerta del cuarto
y entra ella.
Dónde estaba,
desde dónde supo que salí de otra clase
y allí estaba llorando mi tontuna.
Por instinto me levanté del suelo
de un salto y abrí el váter cercano
pero me coge del brazo la maestra.
Cuéntame qué te pasa.
Como si le importara.
Quiere jugar a la mamá.
Me abraza y besa una mejilla.
Ahora dame un beso tú a mí.
Tú a mí. Se lo dí.

Hoy mismo la crucé en el mercado
sus cien quilos cubiertos de flores
vestidito playero
y nos hemos hecho una foto con su cámara.
Ahora una tú sola. Con su cámara.
Con la sonrisa del absurdo.
Todo el mundo lleva cámara en el móvil,
vaya inutilidad.