lunes, enero 30, 2006

MAÑANA TAMBIÉN LLOVERÁ

Y sigue lloviendo.
Esta ciudad es tan acogedora
que a dos grados sobre cero puedes cenar en la calle,
constipado por comer en la calle
puesto que sus defensas están gastadas
de escuchar miserias que me invento.
Al lado de las suyas.
Las mías se las regalo con un sinfín de exclamaciones
que cierres el pozal
sóla me digo, agobiante sin medida.
Estoy temblando
pero la calefacción está a veintidós
y no tengo frío.
Es uno de estos días que te gustaría grabar en vídeo.
Porque se cierra una puerta para siempre.
Y se abren cinco ventanas
por dónde entra el agua nieve
que aún no me creo cayera esta mañana,
en esta ciudad no puede ser.