viernes, diciembre 15, 2006

BONITA

El cuerpecillo
son dos bolitas esponjosas
como te has hecho así sin darme cuenta.
Cuando fallan las patitas
pierde el equilibrio
su cuerpo pasa a ser un tentetieso
eres tan vieja.

Te querría llevar a mi casa.

Mi madre dice que ni hablar
que la perica se morirá aquí.

martes, diciembre 12, 2006

PEQUEÑO MUNDO

Estás en el paraíiiso.
"A los tres días perdió la voz

y los tres meses la cabeza"
de pingüinos bailarines.

Hace muchos días que no lloraba
y dejó que cayeran dos lágrimas
una por ojo.
Se secaran en las mejillas
absorbiéndose por la piel
antes de llegar a la boca.
Es lo mismo que da vueltas.
Y el final es de donde partí.
Son los mismos en diferentes esquinas.
No le importan las broncas de los hombres,
si le importan los elogios de los hombres,
más bien menos.
Si mañana estará arriba.
Y pasado mañana abajo.
Ya te van conociendo.
Me conformo con ver el paso caminar
en los cristales de los coches.
No me conformo, no!
más bien me apasiono.

martes, diciembre 05, 2006

OPORTUNIDADES

Tengo miedo de todo,
de casi todo.
Sufro por si dentro de un mes
deciden que ya hemos salido del paso
y me envían con viento fresco a mi casa:
No te necesitamos.
Mi paga extra. Que está prorrateada en las normales.
Tiemblo de llegar tarde al exámen.
Es como un meteorito.
Sueño que se me olvidan las citas.
Me despierto a mitad del día y ya se pasó el día.
La oportunidad.
Tengo mucho miedo.
De que se pase la oportunidad.
Si cruza un gato la carretera y yo lo veo.
Pero tengo más miedo a dormirme
a despertarme a mitad del día.
Que llego tarde al trabajo
y no llego a la hora de la entrega,
tengo que coger el coche
y como parece una cafetera,
no frena como los estupendos.
Si no es por el gato.
Es que me da mucho miedo.
Si me echan, ostras, como me echen.

ETERNIDAD

No me toques, que eres muy grande.

Un olor a cebolla o a sobaco.
Aprendí esta semejanza en un bar
que pusieron ensalada y había de cebolla...
Creo que huele a sobaco,
con la manía que le tengo al olor a sobaco,
pensé por aquel entonces.
Es que la cebolla huele a sobaco.
Entonces me entero. Ahora me acuerdo.
No soy yo. Ni tú. Menos mal.
Que no soy yo, claro.
Que seas tú no me importa.
Se sentirá intimidado. Sin poder mover los brazos.
Con mucho disimulo me rasco el mentón en el hombro.
Huelo a spray divino. Un ratito de vapores.
Se está yendoal garete la capa de los rayos solares.
No tengo tanto calor desde que un verano
alcacé quemaduras de segundo grado
doce horas bajo el sol. Sólo llevaba la crema de la ida.

Otro día quizá
te contaré otra cosa
que te hará sonreír,
sin que ni siquiera
tú lo entiendas.