martes, octubre 04, 2005

CANSANCIO

Te contaré una tarde.
Me he enganchado la chaqueta
con una esquina,
la gente me cuenta su vida...

Hay quién le gusta
coger con un lazo tropocientas reses
en el oeste.
Pero yo estoy cansada, egoísta.
Me guardo las sonrisas
para la cara bonita.
Como nunca quise ser, estoy llegando.
A por tí.
Sólo.
Selecciono mi nombre en la voz de tus cuerdas
y se quedan con el humo, amigo y amiga,
se queda a medio pintar y se queda descolgado
con un palmo de narices.
Nadie me lo ha dicho
pero sé de mí chaquetera, convenida
porque es la opinión de la que me fío.

Todavía me lo puedo permitir.
Que no me apetece.
Nada más,
la perica se está afilando el pico con el hueso de sepia
y la tortuga ya empieza a invernar. Voy a ver qué ceno.

1 Comments:

Blogger rayhodges said...

Agradezco la crónica vespertina tan minuciosa, pet-shop girl.

Lamento el percance de tu chaqueta enganchada, chaquetera convenida deshilachada.

Lamento el percance con la gente que te cuenta su vida creyendo que no hay nada más interesante de qué hablar en este mundo.

Me alegra que estés llegando a ser lo que nunca quisiste o pensaste que serías. Eso quiere decir que la vida todavía es capaz de sorprenderte.

Es bueno que haya unas cuerdas que articulen esa voz que todavía pronuncia tu nombre. Grábala, de cualquier forma: Uno nunca sabe cuando puede perder a quien ama, ni tampoco cuando puede perder sus cuerdas vocales.

A falta de otras mejores, sigue fiándote siempre de tu opinión. Y, sobre todo y por encima de todo, nunca -nunca- te fies de mí.

Haz como si nunca hubieses leído este mensaje y sigue escribiendo. Sigue escribiendo. Sigue escribiendo...

2:26 a. m.  

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