JO

Al pasar por los arbustos
me vuela el pelo en la rama
pero lo peor es su mirada
inmóvil de pescado
pegada en su cara plana.
Que se abra la tierra
y se lleve la escoria,
se me lleve a mi persona.
Para que nadie note el arrepentimiento
de hacer las cosas mal
sin saber como se hacen.
Incapaz de explicar
por qué abre la boca
este duro pedestal
que tengo por cerebro.
Con la neura a flor de piel. Se lleve la escoria.
Buenas noches sin sueños.
Y me --- en el papeleo, por cierto.
En el papeleo y en mi persona.
Ah, y en los papeles
y de paso, en los abogados.
Ahí queda dicho.

Papa, y a partir de ahora, va a ser así para siempre?
de nueve a dos y de cuatro a ocho? Para siempre?
Todos los días para siempre?

METOMENNADA

Quién provoca esas miradas hipócritas
con la sonrisa relajada
eterna de las estatuas egipcias.
Una sonrisa vacía de nada,
sin nada que aportar ni discutir
asintiendo, afirmando, en neutro.
Como una calavera
sin nada, sonriente.
Incolora no es la horchata
pero no queda bien
decir que tu sangre es de agua.
Sangre de horchata.
Esa es la gente inteligente,
que no sufre ni quiere.
Aún así provoca sentimientos
como nadie. Ojos que se vuelven rojos
por culpa de la mentira
en un abrazo silencioso
me pensaba que éramos amigas.
Caminando de la mano.
Esas son las más inteligentes
entre toda la gente. Sin querer.
En medio de todo
neutras como el agua tibia.

EN FIN

Asándose a finales de Octubre.
Encuentro este aire raro
como que se avecina un gran cambio.
La inutilidad empapa a uno
como pasta pegajosa a las manos,
a más torpe, más lento.
Por fortuna me pita un conocido
de éstos amigos queridos
alguna vez hace diez años
que no sé que diantres hace en mi calle
y como una loca desesperada
le grito desde el otro sentido de la circulación
que venga a abrirme la tapa
dónde se echa líquido verde
la aguja está bajo mínimos.
A y media tengo que estar en ------oncón.
y no lo puedo abrir.
Pienso que es una suerte parecer frágil
mientras no dé la imagen de la tocaya de la reunión
que tenía miedo de abrir la boca así como yo.
Observo, perderme con el arrullo
de las voces de la mesa,
cómo es que pierde refrigerante?
Lo verde es lo que se le pone?, ay
no llevaba etiqueta tantos meses en el maletero.
El calor de la calle que traigo
y el calor de la sala beige me van comiendo
los nervios,
empiezo a pensar que mi mayor deseo en el mundo
son cinco minutos de siesta.
Cambio mi reino por una cabezadita!!
Dios mío, cuando me toque decir mis paridas.
Subrayo en el folio una posible desviación.
Está difícil ésto de ser y de parecer.

LUNES OTOÑAL

Con los ojos como platos,
la verdad es que es indiferente,
que vengan o no vengan. Que vengan,
así las muevo un poco. Con grúa tendrá que ser.
No se puede ser tan happy, decimos los amargados.
Qué no!!
En dos minutos
he entendido todo lo que le ha costado
al maestro dos horas y media,
así, como me lo explicas tú.
Cómo no me va a dar igual,
habiendo perdido la autoridad
el que más manda aquí dentro,
si tiene que mandar alguien.
Tal cual cada noche
me entretengo con los animales,
media hora mirando al gato que mira
el roce de las plantas invisible,
se oye el papel quemándose
un pulmón silbando
y se oyen las hojas secas en otoño
crujiendo bajo el peso de dos gramos de ratoncillo,
el silencio de la noche ha sido su perdición.
Antes de todo, el gato me ha lanzado
un par de miradas suplicando
con el dedo índice sobre los labios
como en las fotos de los hospitales.

MADRIZ

Baje por lo menos la ventanilla
pero hombre, como no saque el garfio
está a salvo su caja,
sólo quiero que me diga que voy bien.
Voy bien por la calle ancha,
hasta que la calle me viene larga
y nos hemos pasado del cruce
nos hemos pasado la calle, cincuenta pueblos
en la otra punta de la ciudad.
Quizá tenga malas pintas, pelos de malvado,
pero a mí...
a mí también me ignoran, desgraciados.
Sólo quiero que me digan que voy bien
y que estamos cerca
de quién diseñó las calles prohibidas,
inauguró la embajada de Rumanía
y la embajada de los residentes,
multa de cuarenta y dos euros.
No sabía yo... quítemela, quítemela,
a veces me funciona, en mi ciudad.
Aquí no viviría ni por ganar un palacio
en el paraíso de las botas.
Tendría que haberme cogido un número más,
pero no vuelvo hasta jamás,
en el cuarto minimalista me han abandonado
por un partido del Atlético contra el Real.
Ésto para los pájaros,
salta por la ventana la rapiñeada del desayuno,
ésto también para los pájaros.


Desde un portátil ajeno, con amor.

CORTADO DEL TIEMPO

Ayer vi el Mercader de Venecia
como veo que te giras, cuenta, cuenta.
Mal es poco, la expesión oral:
le dice el que parece que es gay
a Al Pachino que no tenía por qué
aguantar sus sermones de judío
que le perdona, seamos amigos
a cambio de la palabra,
una libra de carne, que vendrá a ser un kilo,
no sé de dónde,
de dónde te sacas tú un kilo que no sean huesos
que sea solo magro, un kilo de ternera.
Pero claro, naufragan sus barcos,
los del gay, el del amigo que se quería casar.
Entonces hay un juicio
porque además Al Pacino tenía una hija
que se parecía en la cara
a Sis-Sas ("te hago la raya en sis-sas?").
Le quitaron la hija las malas lenguas,
chismorreos envenenan con falsedades
y su odio hacia lo cristiano era brutal
junto su carácter devoto además,
te hablo del judío.
El caso es que al final,
la mujer del amigo se saca la trampa de la ley,
todo ésto con unos diálogos ingeniosos
de los que se te graban para siempre
y te sacas en el tranvía
meditando sobre ellos, con el fondo
del murmullo del discman.
Y el anillo... Muy mal.

Tengo una cosa que tú no tienes,
viene con la perra ladrándome a lo lejos
nunca me llamas, malqueda,
me ignoras y me desprecias
sonriente como la loca de la perra
que le dura una hora la cadena en el cuello
y soporta la obediencia
el rato que cuestan dos caricias en el lomo.
Todo lo de hoy a la lavadora,
hay que ver con la perra.
Algún día me podrías llamar
para decirme que vas dónde siempre
a hacer lo mismo.
Poder responderte que es muy pronto,
a lo mejor paso más tarde,
o sea, que me esperais.

CÓMO TE LO CURRAS

Vergüenza,
pero me doy cuenta
de que la mayoría es igual
ó peor.
La gente pasa de todo.
Me río sola de cosas que ni pienso.

9 DE OCTUBRE

Yo no me lo creo.
Todavía.

Se hizo punto y aparte,
pero parece imposible como pasa el tiempo.
El día que soñaba con caras verdes
así olía todo, a verde.
Fuera el asco, por dentro somos verdes.
Y nos quitamos un peso de encima
como cuando aplastas un bicho
con una servilleta de papel
haces una bola limpiando el suelo
de su cuerpo
y lo tiras a la basura. Respiras.
En acto reflejo las antenas no se enteran
que ya no tienen quien les mande.
Hay días que son extraños.
Como esta tarde.
Hace tanto calor a mitad de Octubre
y la tierra es tan oscura.
Respiras recuerdos
hace tiempo hacía la misma tarde.
Pero no estaban los mismos en el césped
y yo miraba un móvil saby
que me robaron la Navidad siguiente.
Ay, mi móvil!
Que guardaba en las manos
y dormía en mi casa!
La guardo
porque me gusta que haga calor y huela a quemado,
pocas tardes de otoño y de pura casualidad.
El año que viene otra vez.
Estado depresivo, estado lamentable, anda a espigar!

CANSANCIO

Te contaré una tarde.
Me he enganchado la chaqueta
con una esquina,
la gente me cuenta su vida...

Hay quién le gusta
coger con un lazo tropocientas reses
en el oeste.
Pero yo estoy cansada, egoísta.
Me guardo las sonrisas
para la cara bonita.
Como nunca quise ser, estoy llegando.
A por tí.
Sólo.
Selecciono mi nombre en la voz de tus cuerdas
y se quedan con el humo, amigo y amiga,
se queda a medio pintar y se queda descolgado
con un palmo de narices.
Nadie me lo ha dicho
pero sé de mí chaquetera, convenida
porque es la opinión de la que me fío.

Todavía me lo puedo permitir.
Que no me apetece.
Nada más,
la perica se está afilando el pico con el hueso de sepia
y la tortuga ya empieza a invernar. Voy a ver qué ceno.

MIRANDO PISOS

Quién quiere escuchar mis soluciones,
lo veo todo tan fácil,
que me queman las excursiones
para encontrar un acuerdo
entre nosotros y el título
que merecemos.
Si sigues enfadado con el mundo
morirás como héroe, de un infarto.
Antes que de tabaquismo.
No tendrán que pagar tu pensión, sonrío
al que mantiene la sanidad del país
en la eterna contradicción.
Pues no necesita pedir ayudas
con dos brazos y dos piernas
y el certificado de penales, qué es eso.
Tengo la suerte de haberte encontrado.

Me alimento de satisfacciones
y todos los días digo "capullo"
con el golpe de cuelgue del teléfono
en un mismo sonido. Capullito de alelí.
Tengo la suerte de que a nadie escucho,
pues cuando callo mi boca
sólo recuerdo el momento anterior
y reconstruyo el instante
para recordarlo como debe recordarse.
Es como quieres que te lo cuente,
una historia surrealista sin rencor.
Pues anda que no nos queda aún...
Estoy a rebosar de satisfacciones.